2 de diciembre de 2010

“KEKO” PIÑERO: POETA, PAULINO… Y HERMANO EN JESUS

Foto María Luján Ortega, reportera gráfica

En una entrevista realizada en los estudios de Radio Chascomús, habló de su vida personal y deportiva, además de testimoniar su encuentro con la persona de Jesús y las bendiciones que el Espíritu Santo derramó sobre él.

I- Los morenos en Chascomús

II- Las palomas mensajeras

III- Luces y Sombras

IV- Otras de sus pasiones: el atletismo

V- Maratón y caminata por la vida

VI- Poeta, paulino y amigo de Jesús

VII- Sin tambor

Fotos de María Luján Ortega, reportera gráfica. Keko Piñero y el Padre Hernán Pérez Etchepare en un acto por el Mes de las Letras.

-I-

LOS MORENOS EN CHASCOMÚS

Abel Ignacio “Keko” Piñero no hace ruido, ni con sus pasos ni con su voz. Mantiene siempre una actitud serena y receptiva. Es alto, muy alto, moreno, pero no tanto como su abuelo, llegado a la Argentina luego de la guerra de la triple alianza para radicarse luego en Chascomús.

Su prima, Eloísa González de Luis, fue la heredera de la histórica capilla de los Negros. Ella solía decir siempre “mientras conservemos la fe, conservaremos la capilla”, refiriéndose a la posesión legal de esta perla arquitectónica sobre la que el Estado (y los privados) no han dejado de poner sus ojos.

Negros y mulatos trabajaron como esclavos en la construcción del Fuerte San Juan Bautista de Chascomús en 1779. Más tarde, cuando les llegó la liberación, siguieron al servicio de los estancieros y pobladores de la zona.

Los negros vivían fieles a sus tradiciones africanas, aunque muchos eran nacidos en el país, agrupados en el Barrio del Tambor, cerca del casco histórico que es donde estaba la casa paterna de “Keko”.

En 1861 decidieron construir un edificio para su sede. Se desconoce si tenían una organización comunitaria previa o si había otra construcción, lo cierto es que enviaron al municipio una nota firmada por José Antonio Silva en nombre de la nueva hermandad de morenos instituida en este pueblo con el título de Bayombé de Invenza”. Pedían construir un “Cuarto de las Ánimas” y demás objetos indispensables a nuestros regocijos festivos. En este pedido no usaron la palabra capilla en ningún lugar. El municipio les otorgó un terreno amplio para la época, separado del pueblo por la Alameda y anexo al cementerio; sobre la barranca a la laguna. Tenía un amplio lugar abierto para los bailes, reuniones y otras actividades sociales que ellos realizaban. Se construyó un edificio rectangular, cuyas paredes primitivamente fueron en su totalidad de adobe, revocadas con barro, y en su interior pintadas de blanco; el techo a dos aguas era de paja, sostenido por gruesas cañas tacuara, cuatro ventanas y puerta al frente de medio punto. El piso era de tierra apisonada, no había color en la fachada, ni había revoque exterior.

En el interior no existía elemento alguno de tipo religioso católico.

La construcción, si bien bastante deteriorada por la acción del tiempo y la falta de cuidado, se conservaba tal como era, hasta que en 1950 un violento temporal casi acabó con ella, pues destrozó el techo, las ventanas y gran parte de las paredes entre otras cosas.

Su precario estado movió a su comunidad a encarar la reparación. Así, ayudados por la municipalidad y por los integrantes del Reino de la Amistad, resolvieron reconstruirla en su totalidad, aunque conservando sus antiguas imágenes. Pero sufrió varios cambios en su aspecto. De los dos frontis quedó uno solo, el techo se cambió por chapa acanalada, se pintaron los zócalos de verde inglés al igual que la puerta y las ventanas, se cambiaron los herrajes que estaban forjados a mano, y se quitaron las persianas de madera entre otras cosas. Entonces se le construyó un altar, un nicho para la Virgen del Rosario y otras modificaciones que convirtieron la construcción en una capilla católica, y aunque no está reconocida por la Curia como tal (razón por la cual no se celebran misas hasta la legada de Monseñor José María Montes, segundo Obispo Diocesano que además de celebrar la misa, bautizó en ella a numerosos descendientes de los morenos), las imágenes, los cuadros, velas, y la ornamentación lo transformaron en un sitio de religiosidad popular, aún para aquellos que no pertenecen a la primitiva comunidad.

Además de la Virgen del Rosario el sitio del honor lo ocupa hoy la imagen de la Virgen Morena de los Milagros, antigua talla venerada por los negros que antaño vivieron en el lugar. También hay un altar con la imagen de San Martín de Porres: el Santo Moreno con su escobita que, según la tradición pasó toda su vida barriendo. También adornan la capilla la Virgen Gaucha de Luján, la de San Benito de Palermo y un retrato de Ceferino Namuncurá.

Durante la epidemia de cólera en 1868 y la de fiebre amarilla de 1871 fue utilizada para la atención de los enfermos. También en la construcción principal se refugiaron muchos de los heridos que combatieron contra Rosas en la batalla de Chascomús.

El solar donde se alza la capilla, en avenida Lamadrid y Venezuela, que sigue siendo cuidada por un descendiente de la antigua comunidad, fue declarado Lugar Histórico el 22 de junio de 1962 por decreto nº 5674.

-II-

LAS PALOMAS MENSAJERAS:

UN HOBBIE MUY PARTICULAR

“Keko” tiene un hobbie muy particular: la cría de palomas mensajeras. Comenzó a los ocho años con palomas copetonas, regladas por el propietario de la casa que alquilaban sus padres. A los doce años, una hermana suya que vivía en Buenos Aires le regaló doce mensajeras que le fueron enviadas, en una caja especial, por el micro de larga distancia. Recuerda aún el “aroma” a palomas que salió de la caja y se quedó prendado hasta hoy. Ese primer palomar se llamaba “San Ignacio”, el que tiene actualmente se denomina “Eben Ezer”. Las suyas fueron de las primeras palomas mensajeras de Chascomús que compitieron en Barcelona, España.

La colombofilia (del latín columba, paloma y del griego φιλία, filia) es la cría y adiestramiento de palomas para convertirlas en palomas mensajeras, capaces de volver a su palomar desde puntos distantes. El empleo de palomas para este fin tuvo su auge en la Antigüedad. En el siglo XIX, sin embargo, derivó en la época moderna en un deporte que ya no tiene como finalidad llevar mensajes y sí recorrer un trayecto a la mayor velocidad posible (distancia recorrida / tiempo) medido mediante relojes especiales.

Los competidores se afilian a algún Club Colombófilo de su ciudad (como la Asociación Colombófila de Chascomús), a donde éstos llevan a sus palomas que fueron previamente entrenadas y el Club se encarga de organizar la competencia y marcar las reglas. Estos Clubes asesoran a sus afiliados sobre aspectos como la crianza y cuidados de las palomas mensajeras.

En algunas zonas se llegaron a emitir incluso sellos postales para este uso particular. El primer concurso colombófilo que se conoce data del 15 de junio de 1820. En esa época es también cuando los diferentes ejércitos establecen la aplicación militar de la colombofilia, conocida cómo colombofilia militar que tuvo su auge durante la Primera Guerra Mundial. Tras la Segunda Guerra Mundial se abandonó casi completamente el empleo de palomas mensajeras a favor de las telecomunicaciones modernas.

En el arte, el motivo de la colombofilia tuvo su apogeo en el siglo XIX, aunque en la actualidad aún se emplea como tema en el diseño de sellos postales. La colombofilia es en la actualidad una minoría dentro de la filatelia. Sólo se siguen enviando unas pocas cartas y documentos por este medio.

Cuando le pregunté sobre el nombre “Eben Ezer”, “Keko” me remitió a la Biblia. Consultándola aprendí que la palabra "Ebenezer" viene del Hebreo y son dos palabras que se pronuncian juntas: Even Haazer. Se convierte en un nombre propio cuando la (Ha) es quitada dejando (Ezer) que quiere decir "lugar" y al ponerla junta con la palabra Hebrea (Even) que quiere decir "piedra". Forma la palabra "Ebenezer" literalmente traducida como "piedra de ayuda". Para los creyentes del Nuevo Testamento Jesús es nuestra roca, la piedra angular de nuestro templo y sobre Él es edificada su Iglesia y las puertas del ades nunca prevalecerán contra ella. Jesús es nuestra Ebenezer: nuestra piedra de ayuda De Él viene nuestra ayuda.

-III-

LUCES Y SOMBRAS

La vida de “Keko” tuvo y tiene momentos de luces y de sombras. En eso se parece a todos los habitantes pueblerinos. La diferencia está en las actitudes que ha tomado en los momentos claves de su existencia Y eso es lo que buscaba en esta entrevista, que hablara conmigo de cosas que no le dijo a nadie y que pueden hacer mucho bien al divulgarlas.

Sobre su niñez me cuenta que nació en Chascomús el 18 noviembre de 1933, en el histórico barrio del Tambor, que sus padres fueron Juan Francisco Piñero y María Regina Romano, que se mudaron al barrio Acceso Norte cuando él tenía dieciocho años. Allí vive actualmente con su esposa Chocha visitados continuamente por una treintena de nietos y bisnietos.

La humildad material (que no es sino una digna pobreza), ha marcado la vida de “Keko”. A los ocho años era “mucamito” en la casa de los Aldalur, limpiaba los bronces y servía el té. De ahí recuerda a Mercedes, pequeña pero bellísima y de mucho carácter. Mercedes, la pequeña gran mujer que escribió en la historia lugareña una página señera apostando a la educación.

A pesar de tener que trabajar desde tan pequeño, “Keko” no se privó de las travesuras propias de los niños en las siestas estivales, cuando juntaba nueces en los fondos de la finca de los Luzian o se trepaba a las acacias del montecito de Rioja y Sarmiento.

-IV-

OTRA DE SUS PASIONES: EL ATLETISMO

La vida deportiva de Chascomús es muy rica. La prueba de ello está en los Premios Osborne que se entregan desde hace veinticuatro años, merced a un fideicomiso que dejó Don Samuel Osborne para estimular la actividad deportiva: ajedrez, atletismo, artes marciales,

automovilismo, básquet, boxeo, ciclismo, colombófilas, deportes múltiples, futbol femenino, futbol masculino, golf, jockey, jineteada, karting, kayak, levantamiento de potencias, motociclismo, natación, paddle, pato, pesca, remo, rugby, tenis y tiro.

También es este aspecto de la vida chascomunense “Keko” escribió una página. De niño pobre que no podía comprarse los zapatos de clavo hasta llegar a campeón nacional en el atletismo boquense. Compartió conmigo y con la audiencia radial un recuerdo de cuando tenía diez años: su admiración por Florencio Chappa. Lo veía correr con sus “zapatos de clavo” y soñaba entonces con poder comprarse unos así. Con el tiempo se anotó en las competencias organizadas por el Club Atlético, cerca del barrio Mangano. Corrió su primera carrera con unos zapatos prestados que le quedaban grandes, esa carrera fue la única que Marcelino Scott le ganó, porque de ahí en más tuvo los suyos, dice con la gran sonrisa.

Luego vinieron otras competencias, su velocidad no era para nuestro pueblo y en 1953 participa en Coronel Brandsen con atletas de clubes profesionales como Boca, River, Independiente, San Lorenzo y otros. Sintió un cierto temor ese día al ver las vestimentas de los otros participantes y compararlas con las suyas. Pensó que llegaría último, pero, para su sorpresa, en los doscientos metros, faltando sólo cincuenta para la llegada, pasó al frente, cortando la “lana” mirando hacia atrás porque no podía creer que había ganado la competencia que había tenido lugar en el Club El Indio.

-(…) Allí me vio el entrador de Independiente, me ofreció jugar para él y le dije que sí, pero también vinieron de Boca Juniors y me decidí por ellos… luego me fui a Buenos Aires después de ganar el Torneo Provincial de Mar del Plata.

Le brillaban los ojos al moreno, cuando me contaba esto, como si estuviera viendo una película de su etapa juvenil y continuó su relato:

- Llegué a ser Campeón Argentino y sub campeón en cien y doscientos metros, competí con gente muy destacada de los clubes San Lorenzo, Independiente y otros clubes nacionales. (…) Recuerdo nítidamente la competencia cuatro por cuatrocientos metros, formamos un equipo con Santamaría, los hermanos Gregory y Yo y ganamos esa posta. (…) Me tenían muy bien, vivía en un hotel muy lindo a la vuelta de “Caminito”, que se llamaba “La Fragata”, querían que compitiera a nivel sudamericano. Estuve pocos años… porque extrañaba mucho, a los viejos, al barrio, a la laguna, los atardeceres de domingo, porque yo amo mucho a Chascomús y a su gente, por supuesto. Fue una época muy linda, pero yo extrañaba, le repito- además el aire me hacía mal y un día me vine sin avisar. Volví a correr en Chascomús y siendo Domingo Arias el presidente de Atlético pidió que me retiraran de la Federación para poder competir libremente en nuestra zona. Me dediqué a la pintura de obra para vivir de eso y seguir con el atletismo como “hobbie”.

-V-

MARATON Y CAMINATA POR LA VIDA

Otro aporte de “Keko” a la sociedad chascomuense es la organización anual de la “Maratón y Caminata por la vida” desde el año 2006, que, además de haber sido atleta de Boca Juniors, obtuvo el premio “Osborne de Plata a la Trayectoria”. Se trata de una maratón sobre diez kilómetros y una caminata participativa de dos mil metros.

En la edición 2010 instiutuyó y entregó el premio “Florencio de Plata” en honor al recordado fondista chascomunense Florencio Chappa, participando hombres y mujeres de todas las edades, y la intención el slogans es “POR UNA CIUDAD SIN DROGAS”.

-VI-

POETA , PAULINO Y HERMANO EN JESÚS

Me dice que escribió su primer poema a los diecisésis años, inspirado en su primera amiga, la laguna de Chascomús, que era amigo de otros poetas lugareños como Domingo Arias , Ataliva Sullings y Manuel Heredia Vidal, con quienes publicaban en el Diario El Imparcial de Domingo Catalino.

Nunca publicó en libro hasta que participó de Letras para el Encuentro, una selección de poemas latinoamericanos inéditos que desde Chascomús se edita desde hace tres años.

Ya en la ancianidad siegue escribiendo, poemas, relatos, reflexiones y sobre todo oraciones de contenido religioso.

Es el “consejero” del Predicador Felipe, un joven que predica la sanación física y espiritual a partir de la oración. Lo conocí a Felipe por Mirta Romero… por la enfermedad de su esposa Chocha, afectada del mal de Parkinson.

Pero este don de Consejo, le viene desde hace varias décadas, cuando tenía largos diálogos con Roberto, ex seminarista católico y luego pastor evangélico de la ciudad de Bragado. La madre de Roberto también era católica, luego se hace evangélica y fue pastora en Ayacucho junto con su hija, y un hermano es pastor en Rauch.

-Volví a ver a Roberto después de veintiséis años, me llevó Felipe a Bragado. Hicimos una especie de encuentro, y se sanaron las sesenta y una personas sobre las que oró. Felipe predica el evangelio, y ora por la sanación a partir del perdón. Lo está haciendo hace un par de años en Chascomús. Los testimonios son notables. En cuanto al Encuentro de Paz y Milagros que se hará en noviembre, será un encuentro cristiano, abierto a todos los que crean en Jesús, no importa la denominación de sus iglesias.

Me da pie para decir que es importante el ecumenismo religioso para sanar el tejido social dañado, que los cristianos estamos separados por cuestiones de los hombres, que para llegar al ideal de Jesús se requiere un largo proceso, que nos amemos y nos perdonemos, que propiciemos pequeños encuentros en orden al Gran Encuentro… y en esa tarea está comprometido “Keko” Piñero.

-“Dios tiene un gran propósito para Chascomùs… - asegura- va demostrar grandemente su misericordia… va a liberar muchas almas , por medio de Felipe y el grupo que lo apoya…- profetiza. Le digo a la audiencia que sería bueno que leyeran en la Biblia la oración sacerdotal de Jesús en Juan 17, en la que pide la unidad de los cristianos.

En el mundo de las comunicaciones cristianas siempre llegamos a San Pablo, “Keko” vuelve a emocionarse cuando al final de la entrevista habla de la conversión de los pueblos gentiles merced a la tarea de este apóstol y lo relaciona con la actualidad:

- Pablo, que era un recaudador de impuestos romano, se convierte cuando el Señor se le aparece en Damasco y lo primero que dice es “Señor, ¿qué quieres que haga?. Algo parecido me sucedió a mí, cuando comprendí lo que significaba que alguien hubiera muerto por mi conversión. Confesé, como San Pablo, al único Dios… Yo no lo buscaba y Él me encontró. Pasaron muchos años y aquí estoy, con Eva, hablando de Jesús y de San Pablo en la radio-dice volviendo a sonreír.

-VII-

SIN TAMBOR

Ignacio Abel “Keko” Piñero, descendiente de esclavos, mucamito a los ocho años, poeta a los dieciséis, colombófilo, campeón argentino de atletismo en su juventud, renunció a mayores honores deportivos por amor a su terruño y volvió a Chascomús, para fundar una familia numerosa, se convirtió al Evangelio y es consejero de jóvenes y mayores, porque tiene en él la sabiduría de los años y los dones que el Espíritu Santo ha querido darle.

Es parte de la historia de Chascomús por su ascendencia morena, es parte de la historia de la Salvación el servicio que presta a Dios y al prójimo. Luego de reconocerse más pecador que todos, asegura: “el Señor va a estar conmigo hasta el día de mi muerte y más aún”. Desde la nostalgia, con el sentir de un niño, tal vez el niño del que habla Nietzche en la “Genealogía del espíritu” escribió esta estampa de su barrio que me regaló luego de la entrevista y que se titula SIN TAMBOR:

Vos sos la calle Corrientes,

la del Barrio del Tambor,

tu vientre lleno de” ainenti”

de un tiempo que ya pasó.

Mi puntera japonesa

siempre hasta el hoyo rodó…

Luego venía el asombro

¡Mirá el guacho… la partió!

En silencio el rescate

no sé por dónde escapó

al sentir el griterío

del vigilante- ladrón.

Los vecinos ya se quejan

porque un picado se armó…

La pelota cayó en lo Lequio

¡la pucha que lo parió!

El tiempo te hizo un rango.

Hoy poco queda de vos…

No puedo ver a los chicos

en el barrio, sin tambor.

El presente reportaje fue tomado del programa La Revista del Ángel” conducido por la periodista Eva Lucero de Ortega y novelado para la Cátedra “Redacción en español II” de la Carrera de Humanidades de la UNSAM, a pedido de la profesora María Florencia Bordenave. A la que asiste la autora.

Será publicado en el blog del Periódico Regional El Lucero con conocimiento del entrevistado Chascomús, noviembre de 2010 Ano del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

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