31 de marzo de 2011

RAÚL ALFONSÍN: Dos años después...


Se cumple el segundo aniversario del fallecimiento de Raúl Alfonsín, y la fecha nos conduce a un necesario recordatorio de quien fuera una figura excluyente del radicalismo argentino de fin del siglo XX y de la primera década del siglo XXI. Raúl Alfonsín ha sido, una personalidad que ha excedido el ámbito partidario, para convertirse en una referencia para miles de argentinos y argentinas, que sin ser afiliados o simpatizantes de la Unión Cívica Radical, muchas veces, en forma pública o privada, admitían que Raúl Alfonsín les garantizaba, estando en el gobierno o en el llano, una permanente defensa de los derechos humanos, de la libertad de expresión, de la educación pública, de una actitud soberana en el mundo, y de la defensa de las instituciones republicanas. Raúl Alfonsín hace ya dos años que no se encuentra entre nosotros, ni para los radicales, ni para los ciudadanos independientes. En este sentido, quedan sus ideas, necesarias para ir pensando el radicalismo del mañana, pero la penosa realidad nos indica, que no podremos contar más con su presencia física de cara al futuro. Muchas preguntas son las que se hacen ante esta situación, dentro y fuera del Partido Radical, y tal vez, las más recurrentes son: ¿quién será el heredero de ese liderazgo?, como así también ¿quién lo reemplazará en la defensa irrestricta de los derechos humanos, de la libertad de expresión, de la educación pública, la defensa de la soberanía nacional en el mundo y la forma republicana de gobierno? Quienes humildemente seguimos de cerca la historia contemporánea del radicalismo argentino, con la mayor objetividad posible, podemos apreciar, que Raúl Alfonsín, fue una singular figura de la política del radicalismo y de la Argentina, por su trayectoria, su acción, su entrega absoluta al servicio del país, de la unidad Latinoamérica y de la política mundial, con lo cual, en cada uno de estos ámbitos, cualquier personalidad, o grupos de personas, pueden continuar enarbolando sus ideas, adecuadas estas, a los nuevos tiempos. En definitiva, su liderazgo e ideario, se encuentra depositado en todas aquellas personas de bien que tomen algún aspecto de su pensamiento y acción, para hacerlo trascender. Seguramente el 31 de marzo, se realizarán en todo el país, importantes y sentidos homenajes a esta extraordinaria figura de la política argentina. Pero cada ciudadano o militante radical que se sienta identificado con Raúl Alfonsín, podrá hacer el suyo, el íntimo, y en consecuencia, realizar el siguiente ejercicio: tal como le gustaba decir al tozudo krausista de Raúl Alfonsín: cuando uno queda sólo al fin del día, frente a su conciencia y se pregunta: ¿qué hiciste hoy por los que pasan necesidades extremas, para puedan estar un poco mejor? Una vez obtenida la respuesta y el compromiso del mañana, se le puede agregar una nueva lectura del documento de “Parque Norte”. En este sentido, no solamente habrán realizado un magnífico homenaje al líder muerto, sino que estarían reviviendo parte de su profundo pensamiento. Además, esta sería una fundamental tarea formativa, necesaria para poder continuar con la lucha, con el fin de garantizar todos los derechos constitucionales antes mencionados, que Raúl Alfonsín defendió durante toda su vida. Prof. César Arrondo Foro de Historiadores de la Unión Cívica Radical

30 de marzo de 2011

COLABORACIÓN

ALGO MÁS QUE PALABRAS

EL MUNDO TIENE QUE RECONCILIARSE

Todos con voz. El mundo tiene que reconciliarse. Está bien que evitemos las catástrofes, que suspendamos las luchas, que potenciemos aquello que nos une, pero la mayor victoria humana se producirá el día en que se reconcilien los ánimos de todas las gentes. La cultura de la reconciliación es el único camino que nos lleva a la paz. Utilizar métodos de intolerancia y de violencia, de poder y de intimidación, lo que genera es más resentimiento de unos hacia otros. O sea, más rencor entre los pueblos y los Estados, entre la ciudadanía y sus gobiernos, entre el hombre y el planeta.

Reconciliarse supone examinarse, reconocer pasadas inmoralidades, pedir justicia para las víctimas y tener verdadero deseo de recobrar las relaciones de amistad, que en el fondo es una igualdad armoniosa, a la que el mundo debe aspirar. Y para esto, no hacen falta operaciones militares, sólo un auténtico deseo de cambiar hacia esa unidad liberadora que se precisa en todas las cosas necesarias, como es vivir y dejar vivir. En todo caso, cualquier proceso de mediación no puede dejar de alimentarse del perdón. Por consiguiente, las religiones pueden, y deben, desempeñar un papel determinante para llevar a buen término la componenda.

Desde luego, sin un sincero espíritu reconciliador de los ciudadanos entre sí, y de éstos con el planeta, no se podrá garantizar una justa paz, tan necesaria para el desarrollo humano y el reconocimiento de los legítimos derechos de la humanidad. Con demasiada frecuencia, descubrimos que existen en las personas y en la sociedad rupturas que hay que subsanar, divisiones que es necesario superar. En ellas se manifiestan las fuerzas de la enemistad, del enfrentamiento inútil, que lo único que hacen es distanciarnos de ese bien general, que a todos nos pertenece recibir, suscitándose la codicia, la irresponsabilidad social, la sobreexplotación de los recursos naturales, la multiplicación de bases militares, las rivalidades y los gastos cada vez más astronómicos en los presupuestos de defensa de los poderosos.

Se precisan, pues, gentes reconciliadoras y agentes reconciliadores en este mundo tan convulso y de tantos antagonismos. Las contrariedades existentes de los ricos contra los pobres y de hombres contra mujeres y niños, han llegado a tal punto que se requieren de un alto grado de comprensión y generosidad por todas partes. Pienso, que cualquier momento es bueno para intentar, cuando menos abrirnos a esa conciliación armónica, observando lo mucho que todos tenemos en común, respetando las diferencias y prestando atención a la escucha, a la de uno mismo y a la del universo que nos rodea. Hoy, la necesidad de renovación de la especie humana con su hábitat y los suyos, debe ser una urgente prioridad para todos los Estados, puesto que sin un verdadero restablecimiento de modos y maneras de vivir, todos con todos, las guerras serán un continuo permanente.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

30 de marzo de 2011

27 de marzo de 2011

CON PEDIDO DE PUBLICACIÓN

ALGO MÁS QUE PALABRAS

SÉ TÚ EL QUE APARTA LA PIEDRA DEL CAMINO

Decía la reina de la literatura latinoamericana, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida por el seudónimo de Gabriela Mistral, que "donde haya un árbol que plantar, plántalo tú". No le faltaba razón. Desde luego, aquel que no haya plantado un árbol que lo haga antes de que se le acabe el camino. Aquí, en este planeta, todos somos caminantes y todos debemos ser del camino verde, de la biodiversidad, no del camino de la sinrazón, que nos lleva a la deforestación y degradación de los bosques, amortajándonos así nuestra propia existencia.

Está visto, que la vida del ser humano es una vida que se entrelaza a los bosques y se entremezcla con los árboles. Conviven y viven con nosotros, entre nosotros, por nosotros y para nosotros. Les requerimos como el agua que bebemos; no en vano, sus verdosos macizos, aparte de contribuir al equilibrio natural, nos alegran el espíritu y nos asisten en la salud. Buena parte de los medicamentos proceden de los bosques. Forman parte de ese aluvión de sorpresas que a diario nos injerta la vida. Una existencia sin árboles en quien sustentarse es como caminar sin garbo, arrastrado por el suelo como una serpiente. Por ello, considero, que es una exigencia instintiva, cuidar esas frondosas arboledas, que nos preceden y nos protegen, puesto que son como nuestro salvavidas, el verso preciso y necesario para vivir, el hogar de la poesía y el corazón de los poetas, fuente de creencias y tradiciones espirituales, manantial de confesiones y arranque de nuestra existencia.

Por cierto, la ONU nos llama a celebrar, (este año 2011), que los bosques cohabiten entre toda la gente. Sin ellos no sería posible respirar, ni vivir, nos dan el aire y el agua. A mi juicio, lo importante de la celebración es hacerlo antes cada uno consigo mismo y luego con los demás. Sin duda, el compromiso es individual, pero la acción práctica ha de ser conjunta, a la hora de aumentar la concienciación de una gestión de conservación y desarrollo sostenible hacia todos los tipos de bosques. Los ciudadanos tienen un papel fundamental, la de ser conscientes del impacto que sus decisiones tienen a través de sus pautas de consumo. Lo de sé tú el que aparta la piedra del camino es una obligación. Por desdicha, la gama de servicios ambientales que proporcionan los bosques aún no es suficientemente valorada por los mercados; y, bajo estas mimbres, resulta complicado que se produzca el giro en su gestión.

También decía Mistral que "donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; y que donde haya un esfuerzo que todos esquiven, hazlo tú", algo muy actual para ponerlo en aplicación. La humanidad no puede seguir perseverando en los errores del pasado, y por mucho esfuerzo que parezca, hay que cambiar modos y maneras de vida. El diálogo, sustentado por el abecedario de la ética y sostenible por el lenguaje de la estética, es la única manera de facilitar la solución a los conflictos que se nos han venido encima. Nada se consigue sin diálogo, mal que nos pese. Para acallar las armas hay que retomar el camino de la plática y de la mano tendida. Para afrontar la crisis cultural también debemos purificar la memoria, dialogar desde la verdad y pedir clemencia. Para desafiar la crisis financiera hemos, igualmente, de parlamentar más y ser capaces de poner la economía al servicio de la humanidad. El bien común, ha de ser un bien conversado, hablado entre todos, sin destierros, y debe ser responsabilidad y objetivo de cada ciudadano o grupo social y no sólo de los poderes públicos. Lo de sé tú el que aparta la piedra del camino, me parece una buena lección para que se produzca realmente la transformación, que hoy el planeta precisa con urgencia.

Pienso, evidentemente, que el desarrollo del mundo debe abarcar a toda la humanidad, a todas las personas. Junto a esa universalidad, también hemos de preguntarnos qué progreso queremos. Las energías renovables tienen que entrar en acción, son un elemento esencial de corrección. Asimismo, la voz de los sin voz ha de contar, debe ser considerada en todos los foros para buscar una noción de desarrollo aglutinador, lejos de ideologías sectarias, para que, en verdad, sea sostenible en todo el hábitat. A mi manera de ver, difícil tenemos la evolución si seguimos instalados en una cultura excluyente, de abundancia inmoral, consumista a más no poder, que tampoco ve más allá de usar y tirar, individualista y trepa, de mucho saber y poco pensar. Para colmo de males, la justicia distributiva suele estar en manos de quien concentra el poder económico, que por ende también concentra el poder político, que lo aplica de acuerdo a sus intereses y a la de sus seguidores.

Resultado de todo ello, que el individuo sigue siendo una cosa, no una persona, sin capacidad de decisión, porque su situación es la de servilismo y de ahí no debe salirse. El cambio en el mundo, por consiguiente, también tiene que llegar haciendo progresar la democracia (con más democracia), que tampoco avanza, en parte por la desconfianza ciudadana, por más que se nos llena la boca a diario de demócratas. Cuántas veces, por desgracia, países que se constituyen como Estado social y democrático de Derecho, aplican la ley del silencio, o sea, la ley del poder (ordeno y mando). A pesar de todo, siempre uno puede ser el que aparte la piedra del camino, porque existe en todos nosotros un fondo de humanidad que puede mover montañas, quizás sea cuestión de ejercitarlo.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

27 de marzo de 2011

24 de marzo de 2011

LEIMOS Y COMPARTIMOS: DIA DEL NIÑO POR NACER

25 de marzo, para celebrar la vida desde el comienzo
Desde hace algunos años, ha quedado establecido en el calendario de nuestro país, el 25 de marzo, como el día del niño por nacer.
Pero desde hace muchos siglos, los cristianos celebramos en esa fecha, la fiesta de la Anunciación, recordando el momento en el que el ángel le pregunta a María si acepta ser la Madre del Señor (Lc 1,26-38). Con el “sí” de María comienza la existencia histórica de Jesucristo, quien empieza así a vivir en el vientre de esta joven mujer de Nazareth. Desde entonces podemos decir que Dios ha tomado partido por el hombre, por su vida, asumiendo él mismo todas las vicisitudes de la existencia humana. Dios ama la vida de tal modo, que se hizo uno de los nuestros, creciendo en el vientre de una mujer, naciendo de ella, viviendo y muriendo como todos nosotros. Desde su nacimiento la Iglesia de Cristo entiende su misión en el mundo como una celebración, un anuncio y un servicio a la Vida. A lo largo de sus dos mil años de existencia promovió una cultura de la vida. Lo hizo a través de las obras de ayuda a los más necesitados, la educación de niños y jóvenes, el acompañamiento a los novios y a los matrimonios, la atención brindada a los ancianos, el interés por cuidar a los enfermos y de asistir a quienes están muriendo y muchas otras iniciativas orientadas a cuidar y promover la vida. En continuidad con las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o en riesgo. Por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida, frente a una mentalidad que disminuye la gravedad moral y jurídica del aborto. La celebración del día del niño por nacer debe invitarnos a la reflexión y al compromiso. A la reflexión sobre el valor de la vida y a un compromiso concreto con esta primera etapa vital tan importante. Cuidar a los niños y niñas por nacer implica en primer lugar cuidar a sus madres, promoviendo embarazos saludables, velando por la alimentación y la atención sanitaria tanto de la madre como de su hijo o hija. Finalmente y siempre tenemos la tarea de hacer de este mundo un lugar pacífico y justo, en el que todos los niños puedan disfrutar de una vida plena. Lo dice claramente el Santo Padre Benedicto XVI: “Lamentablemente, incluso después del nacimiento, la vida de los niños sigue estando expuesta al abandono, al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a los abusos, a la violencia, a la explotación. Las múltiples violaciones de sus derechos, que se cometen en el mundo, hieren dolorosamente la conciencia de todo hombre de buena voluntad. Frente al triste panorama de las injusticias cometidas contra la vida del hombre, antes y después del nacimiento, hago mío el apremiante llamamiento del Papa Juan Pablo II a la responsabilidad de todos y de cada uno: «¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad» (Evangelium vitae, 5).” En el marco del Año por la vida, celebremos este año el 25 de marzo pidiendo al Espíritu Santo, Dador de Vida, la fuerza necesaria para transformar la realidad y que cada niño y niña, encuentren al nacer, cuna, alimento y sobre todo unos brazos sanos y amorosos de padres y madres que los guíen y acompañen en su crecimiento. María, madre de Jesús y madre de todos nos acompañe en el camino. Que así sea.
Conferencia Episcopal Argentina

23 de marzo de 2011

CON PEDIDO DE PUBLICACIÓN

ALGO MÁS QUE PALABRAS

NO HAGAMOS GUERRAS, TODOS LAS PERDEMOS

Las guerras no conducen a ningún puerto. Todas las guerras son crueles, lo destruyen todo, y la mejor manera de vencerlas es evitándolas. El mundo actual tiene una prisa enorme por batallar y piensa que recurriendo a la guerra va a solucionar el problema. Posiblemente se acreciente más el conflicto. Antes debemos agotar todas las vías diplomáticas y buscar interlocutores que medien en el asunto. El camino de las armas es siempre una vereda de derrotas contra todos, contra la propia humanidad. Hay que buscar el diálogo como sea; el acercamiento, la rectitud y la libertad se defienden con la razón. Es cierto que la gente tiene el derecho legítimo de expresar sus quejas y demandas al gobierno de turno de cualquier país, pero sin en verdad lo que queremos y buscamos es la paz, el primer deber ha de ser, fabricar menos armas (hoy es un gran negocio hacerlo), y trabajar más por la justicia, que si la hay, nadie va a quedar excluido y todos vamos a poder alzar nuestra voz en libertad, con total garantía.

Los desacuerdos y desavenencias no pueden ir a más y convertirse en guerras. Esto en parte pasa, porque el rearme es excesivo, y hay que poner límites estrictos al respecto. Es necesario construir juntos la paz y ver la manera de hacerlo, jamás con la fuerza se consigue nada, la civilización tiene que establecer otro lenguaje de entendimiento, otras reglas que nos ganen el corazón y el amor a la vida de todos. El ser humano tiene que despojarse de su potencia de egoísmo y de su potencial de odio, somos personas, debemos serlo, y serlo civilizadamente, todo lo demás desfigura al individuo como ser pensante y como ser de conciencia. El mundo precisa de mujeres y hombres capaces de expandir sosiego y la estima por la persona. Sí una de las condiciones esenciales para vivir unidos es el desarme, el respeto por los semejantes es la primera condición para saber vivir. Y uno, también debemos saber, que jamás puede respetar a los demás si no se respeta a sí mismo.

La globalizada sociedad de hoy tiene el deber de transmitir a las jóvenes generaciones un estilo de vida y una cultura inspiradas por la comprensión. Mucho me temo que las incoherencias del tiempo presente dificulten el avance. Nada se comprende si a la mínima explotamos y nos inventamos una guerra contra alguien, que luego resulta contra todos. Seguimos empleando cantidad de horas en estudiar de todo, menos en estudiar lo más importante, a nosotros mismos. El ser humano no puede ser un ser de tragedia, tiene que serlo de amor, de mediación y de meditación. En un planeta de tantos contrastes como el nuestro, es ineludible que las personas, las etnias y los países de cultura, creencia o sistema social diferentes, aprendan a reconocerse ciudadanos del mundo y a aceptarse mutuamente. Por propio sentido de humanidad, estamos obligados a entendernos, y a reencontrarnos sin armas. La paz no se gana con bombas, se consigue cultivando los valores humanos y dejándose cautivar por ellos. Por desgracia, cuando se disgrega el tejido moral de una civilización, que lo basa todo en el poder y por el poder mata, hay que temer cualquier cosa.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

23 de marzo de 2011

22 de marzo de 2011

RECIBIMOS Y PUBLICAMOS: SIN PALABRAS

La seguridad desde el Estado Municipal: Trabajo social y responsabilidad política.

La situación vivida en los últimos días nos lleva a realizar una profunda reflexión sobre lo que ha pasado con la seguridad en nuestro medio.

Hace más de una década era un tema nacional, propio de los grandes centros urbanos, pero ya se elevaban aquí voces de advertencia sobre las graves consecuencias del delito como medio de subsistencia, y la creciente participación de menores.

Al cabo, se nos ha vuelto un problema serio y cotidiano, en el cual conviven diferentes responsabilidades.

Los recientes sucesos llevaron a la remoción de los responsables policiales, pero también deben llevarnos a considerar de qué manera los estamentos del Estado pudieron haber modificado esta actualidad, y porqué se obstinaron en no hacerlo, a pesar de advertencias y requerimientos.

Desde hace meses el Foro Vecinal de Seguridad y el Concejo Deliberante vienen evidenciando la inacción del área social de la Municipalidad respecto de varios jóvenes protagonistas de conflictos con la Ley Penal. Desde hace años, en diversas oportunidades y ámbitos, se ha planteado el incumplimiento de la Ley Nº 13.298, que entre otras disposiciones, requiere del Municipio conformar un Servicio Local para la atención de los menores en situación de riesgo. También se ha advertido que este servicio aparece como conformado y funcionando en los registros provinciales.

Por su lado y durante 2010, ante otros hechos, el Presidente del Concejo Deliberante junto al Órgano Ejecutivo del Foro Vecinal de Seguridad, concurrió a la ciudad de Dolores solicitando la intervención judicial y que los menores tuvieran el tratamiento correspondiente.

En diversas oportunidades las autoridades judiciales de nuestro Departamento han remarcado la falta de colaboración desde el Ejecutivo Municipal para este tipo de medidas.

Vista la última remoción de responsables policiales, también le cabe a los responsables políticos, no solo por ser equitativos en una medida tan drástica, sino porque acá hay y persiste una actitud en acción social, que falló o no se aplicó y, estando en la cresta de esta crisis y ante un panorama alarmante, no vemos que en los próximos meses, desde este ámbito, provoquen su restablecimiento.

En concreto, vemos un ámbito cuyo trabajo brilló por su ausencia: la Secretaría de Desarrollo Social. No sólo en este caso sino a lo largo de años, y mientras tanto la provincia legislaba y promovía políticas de contención e inclusión social, destinadas a complementar la prevención y la sanción del delito; mientras diversas voces y entidades intermedias continuaron reclamando la urgente implementación de medidas y la aplicación de recursos.

Exigimos a la Sra. Intendente Municipal la remoción de la Dra. Teresa Astudillo, Secretaria de Desarrollo Social, máxima responsable política del área.

Para cualquier sociedad moderna, la seguridad es un valor en sí mismo, y un bien imprescindible que debemos recuperar en aras de la calidad de vida perdida por todos los vecinos de Chascomús.

Los niveles de seguridad que pretendemos van a ser alcanzados cuando no persistan la exclusión y el abandono social, se apliquen debidamente todos los recursos disponibles contra estos problemas, cuando mejore la educación de nuestros hijos, haya trabajo digno e igualdad de oportunidades.

Mientras tanto, tampoco podemos dejar de aplicar el peso de la ley a quienes son penalmente responsables, pero a sabiendas de que esa no es la solución deseable.

PAULA PORTALES CIPRIANO PEREZ DEL CERRO

Secretaria Presidente

Mesa Directiva de UXCH, Marzo de 2011

18 de marzo de 2011

CON PEDIDO DE PUBLICACIÓN


ALGO MÁS QUE PALABRAS

CONVIVIR CON LA RADIACTIVIDAD

Ni todo es blanco, ni todo es negro. Hay quien propone la energía nuclear para todos, mientras otros formulan lo contrario. La radioactividad puede matar, pero también puede curar. Puede generar riqueza, pero también destruirla. De entrada, está visto que tenemos que convivir con la radiactividad, puesto que en todas partes cohabita la energía con la vida. A mi juicio, todo parece supeditarse al buen uso que se haga de las cosas, no en vano es mejor el empleo de las riquezas que la posesión de ellas, el mismo capital no es un mal en sí mismo, el mal germina del abuso. La cuestión pasa, pues, por estar vigilantes para que estos excesos no se produzcan. Este es el caso de las centrales nucleares, habrá que controlar -según además corroboran los entendidos- las reacciones en cadena y la emisión de radiactividad. En todo caso, cada persona tiene derecho a vivir con las debidas garantías de seguridad y los Estados deben contribuir a ello.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las explosiones de Hiroshima y Nagashaki, en Japón, muestran al mundo el efecto devastador de las grandes dosis de radiación. Asimismo, el accidente de la central nuclear de Chernobyl, ocurrido en 1986 en la Unión Soviética, puso también de manifiesto que las altas dosis de radiación pueden causar la muerte. La actual tragedia del terremoto en Japón que estamos viviendo en estos días, es verdaderamente apocalíptico. A raíz de este suceso, el comisario europeo de Energía parece reconocer que no todas las centrales nucleares de la Unión Europea son seguras. Tremendo si en verdad es así. Los gobiernos de los países del mundo han de emplearse a fondo para que todas las plantas nucleares estén preparadas para condiciones meteorológicas extremas, terremotos, ataques terroristas... La protección a la ciudadanía es el acto más justo y no cabe resignación. Carece de sentido, en consecuencia, mantener vivo aquello que sea dañoso para el ser humano. Por consiguiente, en el momento que se detecta una central nuclear con un mínimo de inseguridad debe cerrarse o corregirse.

Germina un nuevo éxodo de extranjeros, en este caso por la radiactividad de la planta nuclear Fukushima Daiichi, tras el seísmo y el tsunami de Japón. La alarma es cada vez mayor. El mundo, todo el mundo, debe volcarse en ayudar al valiente pueblo japonés, ante el horror del drama nuclear que afronta el archipiélago nipón. Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino también ha de formar parte de la conciencia humana. Aunque nos parezca poco el auxilio en la necesidad, siempre ayuda mucho. Lo que se dice, un grano acrecienta el granero.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

17 de marzo de 2011

14 de marzo de 2011

CON PEDIDO DE PUBLICACIÓN

ALGO MÁS QUE PALABRAS

ME SUMO A LA FIESTA DEL NOVRUZ

Millones de personas de todo el mundo loan el Novruz, día del equinoccio de primavera, como principio del año nuevo. Desde luego, celebrar la vida y el sueño de vivir, siempre es un acto que nos estremece y enternece, nos da más vida si cabe. Hasta las piedras con ser piedras reblandecen. Una existencia sin celebraciones sería monótona y aburrida, como un largo camino sin árboles y sin posadas. En Asia Central, los Balcanes, el Cáucaso, la cuenca del Mar Negro, el Oriente Medio y otras regiones del mundo mundial, vienen rememorando esta fraternal fiesta desde hace muchos años. Sin duda, el cosmos material se presenta a la inteligencia humana para gozarlo y compartirlo, para vivirlo y convivirlo unos con otros, sin exclusiones. Toda persona debe reconocerse criatura de ese cosmos para poder respetar la creación. Injertar ese espíritu de primavera siempre es saludable para tomar sentido pleno de lo que nos rodea, para adquirir conciencia de que despreciar la naturaleza es como despreciarse a sí mismo. Formamos parte de ese hábitat, somos hijos de esa primavera, almas que buscan y rebuscan con entusiasmo la belleza, el florecimiento del amor; que es, al fin y al cabo, el que domina todas las cosas.

Yo también me sumo a la fiesta del Novruz, nada es más fuerte que el verdadero amor. El Novruz incorpora la afirmación de la vida en armonía con la naturaleza, la conciencia inquebrantable entre el trabajo constructivo y los ciclos naturales de renovación y la actitud atenta y respetuosa hacia las fuentes naturales de la vida. En la naturaleza conviven todos los estilos humanos, todo lo que es contrario a ella es horrible. Por desgracia, no siempre hemos tenido en cuenta la relación inseparable y de doble sentido entre la salvaguardia del medio ambiente y el desarrollo. Nos deberían guiar los principios de responsabilidad común, puesto que todos estamos obligados a que decrezca la destrucción ambiental. Son muchos los hechos que evidencian la irresponsabilidad del ser humano en el manejo de las fuentes de energía y de los recursos naturales. Son también muchas las razones que prueban maneras de vivir, de consumo desmedido, que conllevan consecuencias tremendas. Por ello es necesario tomar razón cuanto antes de lo que acontece, poner orden y recuperar la relación armónica de la creación con el ser humano, encauzando una renovada primavera cósmica, capaz de recobrar una sana convivencia con la naturaleza. No se puede perder más tiempo. Vivimos en una época peligrosa. El ser humano quiere dominarlo todo, sin haber aprendido a dominarse antes a sí mismo. Por consiguiente, es hora de promover esa conversión ecológica globalizada y esas conversaciones humanas, donde hable más el corazón que la mente.

La ONU reconoce el 21 de marzo como Día Internacional del Novruz. Acoge con beneplácito la labor que realizan los Estados miembros que celebran esta festividad universal y universalizadora, enraizada en una tradición que promueve valores de buena vecindad y de armonía. La conciliación, el acercamiento de unos y de otros, genera concordia y, es axiomático, que donde hay simpatía siempre cohabita la humanidad. En todo caso, estos rituales del día del Novruz, que van desde restaurar y repintar las moradas o agasajar a los amigos con banquetes, están inspirados en un espíritu de fraternización que a todos nos viene bien cultivarlo. El corazón habla al corazón, que se dice. Sin duda, hace falta seguir activando los tres grandes principios de la democracia: libertad, igualdad y fraternidad. Esta última, la fraternización del mundo, es una dimensión relativamente olvidada, cuando ese vínculo solidario-comunitario es vital para afianzar un planeta libre e igualitario. Va a ser muy difícil esa cohesión social si la humanidad no logra conseguir ese sentido de solidaridad y de pertenencia, si las personas no confían en las instituciones democráticas. En consecuencia, cualquier motivo que sirva para unirnos bienvenido sea, como esta fiesta del Novruz, que alberga por sí misma la amistad entre los pueblos y las distintas comunidades.

Apostar por la fiesta del Novruz es apostar por una cultura de vida, de paz en definitiva, enhebrado al nuevo día de la luz. El mundo necesita de estas luces gozosas para subsistir en medio de las adversidades. Ama un sólo día, el día del Novruz, y notaremos el cambio. Por algo se empieza. El día peor empleado es aquel en que no se ha vivido en compañía. En ocasiones, parece que hemos olvidado que nuestra única meta es conjugar el amor, vivir en un amor que todo lo convida y lo alivia como la irradiación del sol tras el aguacero. Renacer, pues, con el Novruz, me recuerda asimismo, a aquellos literatos, poetas y pintores lorquianos, de la ciudad de la Alhambra, que guiados por el gran señor de la poesía, Juan de Loxa, salían a la estación del tren a recibir a primavera para ofrecerle sus más níveas metáforas y la luz más pura que se puede verter en una sonrisa. "Ha llegado primavera", preguntaban a todos los viandantes, y la verdad, que siempre alcanzaba el andén de los sueños, pero aún nadie sabe cómo llegaba y por qué llegaba. Indudablemente, podrán cortar todas las flores, -como dijo Neruda-, pero no podrán detener la primavera. Y evidentemente, un corazón en paz renace de todas las cenizas y ve una fiesta, la del Novruz, la de primavera, o la de la mismísima vida, por todos los caminos que pasa y hasta por todos los caminos que sueña. Ensalzado sea el Novruz con todos sus honores y enaltecida la aurora sonriente de una primavera palpitante. El brindis queda latente... para que el lector lo renazca.

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

corcoba@telefonica.net

13 de marzo de 2011

12 de marzo de 2011

ECOS DE UN COMENTARIO PUBLICADO

Como es habitual, María Etelvina Giménez de Cerdán, aporta un comentario a nuestros artículos. En este caso el texo que Unidad por Chascomús hizo público por el tema de la edad de inimputabilidad de los menores que un proyecto de ley propone bajar a los catorce años. Siendo como es la pobreza, la marginalidad, la exclusión social, génesis de esta problemática, ella reflexiona desde su sentir cristiano:
POBREZA QUE DUELE
Pareciera haberse globalizado
cada día hay mas desamparados,
pobreza que lastima, duele
deambulan, caminan a nuestro lado
quizás buscando alguien que los consuele.
Vagan por las calles
sin saber a dónde van
sin rumbo ni destino
niños, jóvenes, ancianos
tendiendo sus manos
por sólo unas monedas
o un mendrugo de pan.
Sus penas, tristezas
ahogan unos en paco, pegamentos
otros en alcohol,
tratando de ahuyentar
su hambre, indiferencia
el mas puro desamor.
Como el Divino Maestro
no tienen donde reclinar su cabeza
nada para llevar a su boca
ni para poner en imaginaria mesa,
vidas que sólo se arrastran, que pesan.
Son el mismo rostro de Jesús
que nos mira suplicante
con sus ojos implorantes
por un compromiso de amor
que ayude a paliar tanto dolor.
Busquemos de corazón
borrar tanta hostilidad
dándoles techo, comida, abrigo
tanto en iglesias, clubes,
como en Estado y sociedad.
En esta Cuaresma
meditemos, reflexionemos
tratando de encontrar una solución
que brinde a sus almas
algo más, que simple compasión.
Que ellos puedan entender
que no nos son indiferentes
que son nuestros hermanos
como también nuestro deber...!

PARA PENSAR EN NUESTROS CHICOS

NO A LA BAJA DE LA EDAD DE IMPUTABILIDAD ( PARTICIPACIÓN DE UXCH, PLAZA INDEPENDENCIA,JUEVES 10)

de Unidadporchascomus Uxch, el Viernes, 11 de marzo de 2011 a las 13:17

Los niños no nacen violentos ni delincuentes. Los hacen violentos y delincuentes las injusticias que reciben desde la sociedad que debe cobijarlos. Una sociedad que crece económicamente, pero que no ha podido reducir aún la marginalidad y la pobreza.

Niños que conviven con la desnutrición, con la falta de empleo de sus padres, con la ausencia del Estado que debe ser defensor de los derechos de los chicos, que debe utilizar todos los recursos administrativos a su alcance para que esos derechos sean respetados.-

La política de prevención del Estado, debe tener en cuenta a la niñez.- Debe ser volcada a los asuntos sociales.-

Así, el Estado, junto con las distintas organizaciones sociales, no solamente se han de preocupar y tomar medidas para atender a los chicos que deambulan por la calle, sino que ha de propiciar la instalación de sistemas de alerta temprana, para activar así el mecanismo de protección de derechos de los niños.-

Para prevenir, antes que castigar. Porque no podemos ser ciegos y sordos ante la realidad de nuestra sociedad.- Tenemos muchos chicos que nos están pidiendo a gritos que los defendamos del delito que los acecha.- Que no deben ni quieren caer en el delito.-

Realidad que se tergiversa, ya que, de acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio Social Legislativo, sólo en el 4,34% de las investigaciones Penales Preparatorias hubo personas menores de 18 años involucradas.-

Lo que se pretende hacer con la reducción de la edad de imputabilidad, es cortar el hilo por lo más delgado.-

Es ir atrás del problema, como en tantas otras ocasiones.-

Se pretende mostrar a los niños como victimarios cuando no son más que víctimas del desempleo, de la exclusión, del hambre, de la violencia que fue marcando sus vidas. Pensemos que los adolescentes de hoy fueron niños que atravesaron la mayor crisis económica y social de la historia argentina.- Podemos poblar las cárceles, pero eso no significa que estemos más seguros, y mucho menos, que recuperemos gente para la sociedad.-

Pensemos que si el adolescente que hoy está delinquiendo, hubiese sido protegido mediante políticas serias de prevención, hoy sería otra su realidad.-

Bajar la edad de imputabilidad no es la solución, no sólo porque es inconstitucional, sino porque se intenta focalizar sobre un universo que es minoritario, a partir de medidas estigmatizadoras.-

El Estado, tanto provincial como Municipal, debe ponerse los pantalones largos y propiciar las condiciones para que las leyes 13.298 y 13.634 sean mucho más que un cúmulo de buenas intenciones, garantizando un futuro deseable y digno para todos los chicos, incluyendo a los niños cuyas vidas están siendo arrastradas por las incitaciones de la sociedad marginal que no queremos para nuestras vidas, y que debemos no querer tampoco para las suyas.-

3 de marzo de 2011

RECIBIMOS Y COMPARTIMOS: Día del Niño por nacer

Celebrar la vida desde el comienzo
Desde hace algunos años, ha quedado establecido en el calendario de nuestro país, el 25 de marzo, como el día del niño por-nacer. Pero desde hace muchos siglos, los cristianos celebramos en esa fecha, la fiesta de la Anunciación, recordando el momento en el que el ángel le pregunta a María si acepta ser la Madre del Señor (Lc 1,26-38). Con el “sí” de María comienza la existencia histórica de Jesucristo, quien empieza así a vivir en el vientre de esta joven mujer de Nazareth.
Desde entonces podemos decir que Dios ha tomado partido por el hombre, por su vida, asumiendo él mismo todas las vicisitudes de la existencia humana. Dios ama la vida de tal modo, que se hizo uno de los nuestros, creciendo en el vientre de una mujer, naciendo de ella, viviendo y muriendo como todos nosotros.
Desde su nacimiento la Iglesia de Cristo entiende su misión en el mundo como una celebración, un anuncio y un servicio a la Vida. A lo largo de sus dos mil años de existencia promovió una `cultura de la vida´. Lo hizo a través de las obras de ayuda a los más necesitados, la educación de niños y jóvenes, el acompañamiento a los novios y a los matrimonios, la atención brindada a los ancianos, el interés por cuidar a los enfermos y de asistir a quienes están muriendo y muchas otras iniciativas orientadas a cuidar y promover la vida.
En continuidad con las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o en riesgo. Por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida, frente a una mentalidad que disminuye la gravedad moral y jurídica del aborto. La celebración del día del niño por nacer debe invitarnos a la reflexión y al compromiso. A la reflexión sobre el valor de la vida y a un compromiso concreto con esta primera etapa vital tan importante. Cuidar a los niños y niñas por nacer implica en primer lugar cuidar a sus madres, promoviendo embarazos saludables, velando por la alimentación y la atención sanitaria tanto de la madre como de su hijo o hija.
Finalmente y siempre tenemos la tarea de hacer de este mundo un lugar pacífico y justo, en el que todos los niños puedan disfrutar de una vida plena. Lo dice claramente el Santo Padre Benedicto XVI: “Lamentablemente, incluso después del nacimiento, la vida de los niños sigue estando expuesta al abandono, al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a los abusos, a la violencia, a la explotación. Las múltiples violaciones de sus derechos, que se cometen en el mundo, hieren dolorosamente la conciencia de todo hombre de buena voluntad. Frente al triste panorama de las injusticias cometidas contra la vida del hombre, antes y después del nacimiento, hago mío el apremiante llamamiento del Papa Juan Pablo II a la responsabilidad de todos y de cada uno: «¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad» (Evangelium vitae, 5).”
En el marco del Año por la vida, celebremos este año el 25 de marzo pidiendo al Espíritu Santo, Dador de Vida, la fuerza necesaria para transformar la realidad y que cada niño y niña, encuentren al nacer, cuna, alimento y sobre todo unos brazos sanos y amorosos de padres y madres que los guíen y acompañen en su crecimiento. María, madre de Jesús y madre de todos nos acompañe en el camino. Que así sea.
Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina
25 de febrero de 2011.