En este 7 de junio cuando conmemoramos un nuevo día del
periodista, quiero recordar que los más altos valores que persigue la actividad
política, esto es mejorar la condiciones de vida de los integrantes de un
conjunto social, brindando desde el Estado la garantía de igualad de
oportunidades, en un marco de participación social amplia, que permita a cada
uno de esos habitantes trabajar para hacer posible sus propios derechos pero
también los de todos los integrantes de ese conjunto social que integra, sólo
se alcanzan en un sistema donde los principios democráticos sean la primer
condición de vida de esa sociedad.
No hay principios democráticos valederos sin una prensa libre que pueda comentar las noticias cotidianas, pero además se garantice a cada periodista la posibilidad de preguntar, investigar y brindar luego su opinión sin ningún límite de los hechos que construyen la realidad política y social.
En todo caso, los límites los fijará cada periodista en función de sus valores éticos, que hacen de esta una de las actividades más comprometidas con la obligación de actuar en cada momento con la mayor honestidad intelectual. Y si esos valores no se ponen en práctica, siempre queda para los actores públicos que vean afectados su buen nombre y honor el camino de la justicia, por lo que de ninguna manera se justifica el silencio hacia los medios que hoy sostienen los funcionarios del gobierno nacional, por más que acusen a algunos de ellos de perseguir intereses corporativos.
Que sea nuestro primer revolucionario, Mariano Moreno, el personaje central por el que se conmemora en esta fecha el día del periodista, hace que el saludo que dirigimos a cada uno de ellos esté dado con la mayor admiración hacia una actividad que insistimos, es y será imprescindible para que cualquier sociedad que pretenda mejorar permanentemente el nivel de sus valores éticos y morales.
No hay principios democráticos valederos sin una prensa libre que pueda comentar las noticias cotidianas, pero además se garantice a cada periodista la posibilidad de preguntar, investigar y brindar luego su opinión sin ningún límite de los hechos que construyen la realidad política y social.
En todo caso, los límites los fijará cada periodista en función de sus valores éticos, que hacen de esta una de las actividades más comprometidas con la obligación de actuar en cada momento con la mayor honestidad intelectual. Y si esos valores no se ponen en práctica, siempre queda para los actores públicos que vean afectados su buen nombre y honor el camino de la justicia, por lo que de ninguna manera se justifica el silencio hacia los medios que hoy sostienen los funcionarios del gobierno nacional, por más que acusen a algunos de ellos de perseguir intereses corporativos.
Que sea nuestro primer revolucionario, Mariano Moreno, el personaje central por el que se conmemora en esta fecha el día del periodista, hace que el saludo que dirigimos a cada uno de ellos esté dado con la mayor admiración hacia una actividad que insistimos, es y será imprescindible para que cualquier sociedad que pretenda mejorar permanentemente el nivel de sus valores éticos y morales.
Liliana Denot
Diputada Provincial por la U.C .R.
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